Si la cocina centroeuropea es
excelente y variada, los postres no tienen nada que envidiarle a los platos,
especialmente las tartas.
La calidad de las tartas húngaras
y austriacas es de primera, además de gozar de una amplia variedad de las
mismas. No obstante en cada país existe una tarta autóctona que destaca por
encima del resto.
La tarta Dobos de la Pastelería Gerbeaud de Budapest
Las pastelerías y cafeterías de
Budapest presumen de poder exhibir tras sus mostradores de la
Tarta Dobos,
el postre magiar más famoso. Debe su nombre a su creador el pastelero Jozsef
Dobos, quién la inventó en 1885. Durante sus más de 140 años de existencia,
muchos han sido los afortunados en degustarla, aunque destacan los emperadores
Francisco José I e Isabel de Wittelsbach, conocida más por Sissi, entre quienes
la probaron por primera vez.
Se trata de un pastel formado por
finas capas de chocolate y bizcocho esponjoso que se intercalan
simultáneamente. Como colofón, una última capa de caramelo crujiente pone la
guinda a este sensacional postre para los aficionados al dulce.
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Porción de tarta Dobos |
Sin lugar a dudas la Pastelería Gerbeaud, ubicada en la Plaza Vörösmarty,
es uno de los mejores lugares para degustar la tarta Dobos, así como otras
muchas especialidades magiares. Con unos 150 años a sus espaldas, se trata de
una de las pastelerías más carismáticas de la ciudad de Budapest. Cuenta con
diferentes salones, muy elegantes y lujosos. La porción de tarta Dobos se cotiza a 2250 florines húngaros, unos 7'50 €.
Un marco idílico para disfrutar de la repostería húngara acompañada por un buen café.
Un marco idílico para disfrutar de la repostería húngara acompañada por un buen café.
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Fachada principal de la Pastelería Gerbeaud |
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Salón interior de la Pastelería Gerbeaud |
La tarta Sacher, desde 1832 en el Café Sacher de Viena
En Viena no se quedan atrás en
cuanto a la elaboración de productos confiteros, el famoso Apfelstrudel o el
chocolate de Mozart son algunas de las especialidades más demandadas. No
obstante la joya de la corona de las pastelerías austríacas es la
Tarta Sacher,
Sachertorte para los austríacos, un postre que rinde culto al chocolate. Esta
tarta fue creada por un joven Franz Sacher en 1832 con el fin de satisfacer los
caprichos del príncipe Klemens von Metternich, años más tarde con la fundación
de su propio hotel, el Hotel Sacher, en 1876, la tarta comenzó a servirse en el
mismo y a ir adquiriendo protagonismo poco a poco entre sus huéspedes hasta
alcanzar fama internacional.
El pastel lo forman dos gruesas
capas de bizcocho de chocolate, separadas por una fina capa de mermelada de
albaricoque, todo a su vez recubierto por una exquisita capa de chocolate
crujiente y acompañado por un buen pegotón de nata montada. La sensación que
transmite este postre al degustarlo probablemente no se puede describir con
palabras, por lo que requiere probarlo obligatoriamente, especialmente para los
"chocoadictos". Resulta muy gratificante acompañar el trozo de tarta
con un rico café Wiener Melange, otra especialidad austriaca.
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Porción de tarta Sacher acompañada de un Wiener Melange |
El mejor lugar para probar este
postre austriaco no es otro que su punto de origen, el
Café Sacher. El
establecimiento hace las veces de cafetería del Hotel Sacher, situado en Philharmoniker
Strasse, a espaldas de la Ópera Estatal de Viena, uno de los edificios austriacos
más importantes. La cafetería guarda similitudes con Gerbeaud, salones amplios
con aires y decoración de otros tiempos. Este delicioso postre austriaco tiene un precio de 6'50 €.
Es bastante recomendable llegar
pronto, pues las colas de espera para poder tomar una mesa son muy comunes.
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Puerta de entrada al Café Scaher |
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Uno de los salones de estilo imperial del Café Sacher |
Postres de la época imperial
austrohúngara que han perdurado en el tiempo y han ido adquiriendo relevancia y
protagonismo en el mundo confitero ya no sólo a nivel centroeuropeo sino en el
marco internacional.
Guten Appetit!
Jó étvágyat!
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