jueves, 2 de marzo de 2017

El Lado Dulce de la Barra: Las tartas de Viena y Budapest


Si la cocina centroeuropea es excelente y variada, los postres no tienen nada que envidiarle a los platos, especialmente las tartas.

La calidad de las tartas húngaras y austriacas es de primera, además de gozar de una amplia variedad de las mismas. No obstante en cada país existe una tarta autóctona que destaca por encima del resto.

La tarta Dobos de la Pastelería Gerbeaud de Budapest


Las pastelerías y cafeterías de Budapest presumen de poder exhibir tras sus mostradores de la Tarta Dobos, el postre magiar más famoso. Debe su nombre a su creador el pastelero Jozsef Dobos, quién la inventó en 1885. Durante sus más de 140 años de existencia, muchos han sido los afortunados en degustarla, aunque destacan los emperadores Francisco José I e Isabel de Wittelsbach, conocida más por Sissi, entre quienes la probaron por primera vez.

Se trata de un pastel formado por finas capas de chocolate y bizcocho esponjoso que se intercalan simultáneamente. Como colofón, una última capa de caramelo crujiente pone la guinda a este sensacional postre para los aficionados al dulce.



Porción de tarta Dobos


Sin lugar a dudas la Pastelería Gerbeaud, ubicada en la Plaza Vörösmarty, es uno de los mejores lugares para degustar la tarta Dobos, así como otras muchas especialidades magiares. Con unos 150 años a sus espaldas, se trata de una de las pastelerías más carismáticas de la ciudad de Budapest. Cuenta con diferentes salones, muy elegantes y lujosos. La porción de tarta Dobos se cotiza a 2250 florines húngaros, unos 7'50 €.
Un marco idílico para disfrutar de la repostería húngara acompañada por un buen café.



Fachada principal de la Pastelería Gerbeaud

Salón interior de la Pastelería Gerbeaud


La tarta Sacher, desde 1832 en el Café Sacher de Viena


En Viena no se quedan atrás en cuanto a la elaboración de productos confiteros, el famoso Apfelstrudel o el chocolate de Mozart son algunas de las especialidades más demandadas. No obstante la joya de la corona de las pastelerías austríacas es la Tarta Sacher, Sachertorte para los austríacos, un postre que rinde culto al chocolate. Esta tarta fue creada por un joven Franz Sacher en 1832 con el fin de satisfacer los caprichos del príncipe Klemens von Metternich, años más tarde con la fundación de su propio hotel, el Hotel Sacher, en 1876, la tarta comenzó a servirse en el mismo y a ir adquiriendo protagonismo poco a poco entre sus huéspedes hasta alcanzar fama internacional.

El pastel lo forman dos gruesas capas de bizcocho de chocolate, separadas por una fina capa de mermelada de albaricoque, todo a su vez recubierto por una exquisita capa de chocolate crujiente y acompañado por un buen pegotón de nata montada. La sensación que transmite este postre al degustarlo probablemente no se puede describir con palabras, por lo que requiere probarlo obligatoriamente, especialmente para los "chocoadictos". Resulta muy gratificante acompañar el trozo de tarta con un rico café Wiener Melange, otra especialidad austriaca.



Porción de tarta Sacher acompañada de un Wiener Melange


El mejor lugar para probar este postre austriaco no es otro que su punto de origen, el Café Sacher. El establecimiento hace las veces de cafetería del Hotel Sacher, situado en Philharmoniker Strasse, a espaldas de la Ópera Estatal de Viena, uno de los edificios austriacos más importantes. La cafetería guarda similitudes con Gerbeaud, salones amplios con aires y decoración de otros tiempos. Este delicioso postre austriaco tiene un precio de 6'50 €.
Es bastante recomendable llegar pronto, pues las colas de espera para poder tomar una mesa son muy comunes.



Puerta de entrada al Café Scaher

Uno de los salones de estilo imperial del Café Sacher


Postres de la época imperial austrohúngara que han perdurado en el tiempo y han ido adquiriendo relevancia y protagonismo en el mundo confitero ya no sólo a nivel centroeuropeo sino en el marco internacional.

Guten Appetit!

Jó étvágyat!