miércoles, 11 de enero de 2017

Bar El Laurel, tapas tradicionales para todos los gustos


Las apariencias no son siempre lo que parecen; sin embargo, en multitud de ocasiones nos dejamos llevar por los aspectos y exteriores a la hora de tomar una decisión o realizar una calificación, lo cual en más de una circunstancia difiere de la realidad.

Esto mismo sucede con los bares y restaurantes, juzgados a priori por la fachada o la decoración, obviando la calidad de su cocina y su trato, que es realmente lo más importante y a tener en cuenta cuando se decide entrar en un establecimiento gastronómico.

Este puede ser el caso del Bar El Laurel, uno de los bares con más solera del Casco Antiguo gaditano. De apariencia simple y aspecto tradicional, con una decoración poco rebuscada y sin floripondios, sus paredes ocultan una de las cocinas con más esencia de la ciudad, con un sinfín de tapas, clásicas, artesanas y en muchas ocasiones difíciles de encontrar en otros establecimientos.


Fachada del Bar El Laurel


El Laurel se ubica en la esquina formada por las calles Obispo Urquinaona y Doctor Dacarrete, a pocos metros de la Plaza de Candelaria y muy próximo a la Plaza de las Flores, un enclave estratégico especialmente en época de Carnaval, ya que se trata de un lugar de paso constante en la búsqueda de las agrupaciones callejeras.

El establecimiento sigue la morfología común de las típicas tascas gaditanas. Fachada simple sin señales llamativas, local interior coqueto de tamaño medio tirando a pequeño en forma de L, es decir, con un pequeño salón a la entrada con poco más de 4 o 5 mesas y una barra mediana que se adentra hasta el final del local por la parte derecha del mismo. Colores claros y luminosos, decoración sin parafernalias, con algunos recortes de prensas y cuadros gaditanos. Sus características recuerdan a otros establecimientos de tapeo de gran popularidad y tradición, pequeñas tascas de barrio carentes de una estética sofisticada como pueden ser Las Palomas o el Nebraska.


La barra del Laurel repleta de parroquianos

La cocina del Laurel es íntegramente casera, elaboran recetas gaditanas tradicionales así como algunas otras a las que les dan su toque particular. La carta está integrada fundamentalmente por tapas, las cuales dependiendo del día y la hora se encuentran o no disponibles en cocina, es por ello por lo que disponen de un par de pizarras dentro del establecimiento donde aparece la oferta integra del momento, esta suele rondar en torno a las 25 o 30 tapas, cantidad de sobra para tener donde elegir. Dentro de las tapas se pueden distinguir diferentes categorías, tapas de carne, de pescado, aliños, guisos o especialidades de la casa.


Una de las pizarras del Laurel con la oferta en tapas del día


Dentro de las tapas de carne la salsa suele estar presente en la mayoría de ellas, la carrillada, las calderetas de carne o la carne al toro suelen ser fijas, junto a ellas el solomillo de cerdo a la plancha o la presa ibérica acostumbran a dejarse ver por la pizarra. Aunque sin duda una de las tapas más exquisitas y que no siempre está disponible es el Medallón de solomillo al Pedro Ximénez, una tapa que vale la pena probar y que le otorga fama al establecimiento. Un medallón de solomillo de cerdo, de buen tamaño, sabroso y blando, yace sobre un surtido de patatas fritas. La gracia de la tapa se encuentra en la salsa de PX que baña por completo el medallón de solomillo así como las pasitas que sirven sobre este otorgándole a la tapa un sabor dulce a la vez que intenso que recuerda al PX. Una tapa deliciosa y obligatoria de probar a un precio de 2'50 €.


El delicioso medallón de solomillo al Pedro Ximénez


Con respecto a los pescados la variedad es muy amplia, ofertando los clásicos fritos gaditanos como el cazón en adobo, las gambas con gabardina, las pavías de merluza o los chocos fritos. Cuentan además con otras tapas de pescado más elaboradas como son el morrillo de atún, el marrajo a la plancha o el lomo de merluza a la roteña. Una de las tapas de pescado que suele ser fija en la pizarra, muy típica de la gastronomía gaditana y que cada día se hace más difícil de encontrar en los bares de Cádiz es el Mero empanado, de la familia del gallo y el pez loro, se trata de un pescado blanco que al empanarse queda jugoso por dentro y crujiente por fuera, ideal para los niños y que suele gustar a todos, especialmente cuando está empanado. Lo sirven con patatas fritas y mayonesa para mojar, como suele ser habitual con otros pescados empanados. La tapa sale a 2 €.


La tapa de mero empanado


Las albóndigas son otras de las especialidades del Laurel, las elaboran de diferentes maneras y para todos los gustos. Destacan las Albóndigas de choco a la marinera, la tapa consta de albóndigas jugositas y consistentes hechas a base de choco, junto a las albóndigas a modo decorativo y para darle un toque más marinero sirven un par de chirlas abiertas junto a unas cuantas patatas fritas, todo bañado por una rica salsa marinera. El precio de la tapa es de 2'50 €. Además de estas albóndigas, tanto las albóndigas al oloroso así como el albondigón de bacalao son muy recomendables para los adeptos a estas bolas de carne picada.


La tapa de albóndigas de choco a la marinera


Otra tapa de toda la vida y de gran aceptación de las que dispone El Laurel son las Bombitas de patata picantonas, una tapa clásica que no debe faltar nunca en la carta de un bar. En El Laurel saben cómo elaborarlas bien y darle ese punto casero. Como acompañamiento las sirven junto a unas hojas de lechuga y un par de toques de salsa brava y mayonesa que le dan mejor sabor.


Las bombitas de patata picantonas, especialidad del Laurel


Estas son algunas de las muchas tapas que se sirven a diario en El Laurel, un establecimiento que sin llamar apenas la atención, siempre cuenta con las presencia de comensales de todas las edades que buscan en la pizarra cuales son las tapas del día.

¡Buen provecho y a tapear!






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